Luisma y Mauricio compiten por una mujer: una guapa trabajadora del Samur que les ha enamorado en el primer encuentro. Se supone que Luisma le prometió al hostelero que nunca más en la vida le iba a quitar a una chica, pero, como le ha explicado Luisma "cuando la tía está muy buena", las promesas pierden su valor.