Uno de los sueños de Chema era concursar en Pasapalabra y desmostrar que es un hombre culto con un gran vocabulario. Gracias a Lorena y a su conexión directa con Belén Esteban consigue ir al programa pero la mala suerte, y los líos en los que se meten los vecinos de Esperanza Sur de forma constante, hace que una de las abuelas del barrio que se ha hecho camella le venda unas pastillas que el confunde con grajeas de cafeína para estar a tope en el rosco. Chema lo tenía todo hecho teniendo en cuenta que Luisma era su rival pero al estar tan colocado le fue imposible acertar ni una sola de las definiciones que, alucinando, le dictaba Christian Gálvez.