Para que Aída pasara el control de metales, Luisma se hizo pasar por terrorista y para escapar de los policías que lo perseguían a él se vistió de técnico de mantenimiento de aviones, con la mala suerte de que un operario del aeropuerto requirió sus servicios para arreglar un motor. Sin escapatoria, Luisma lo intentó, pero finalmente hizo que los motores del avión en el que iba a escapar Aída explotaran...