A causa de un accidente doméstico, Soraya ha quedado ciega temporalmente y decide poner en manos de Lorena y Macu la preparación del cumpleaños de Aidita. La hija mayor de Aída cree que con 200 euros será suficiente, lo que no sabe es que tan sólo 10 de ellos serán destinados a la gran celebración.
El resto del dinero se destinará a un fin muy distinto: organizar la despedida de Macu quien no tuvo oportunidad de disfrutar de un streaptese debido a su embarazo.
Sin embargo, una confusión llevará al stripper vestido de payaso a la fiesta de Aída junior y el verdadero payaso tendrá que enfrentarse a un grupo de mujeres que no esperaban magia sino un desnudo.
Un inocente juego entre Aidita junior y Luisma acaba con los ojos de Soraya ya que Luisma lanza el limpia hornos contra ella. Debido a esta ceguera temporal, Soraya necesitará muchos cuidados y Luisma se ve obligado a ayudarla.
Sin embargo, pronto descubre que la enfermedad de su hermana es un gran negocio y decide convertirla en mendiga para ganar unos euros extra. Poco después, su sobrina recupera la vista y planea su venganza: aprovecharse todo lo posible de su tío.
La señora de las malas noticias
Eugenia tiene un extraño don: dar malas noticias sin ningún tipo de pudor. La ceguera de Soraya, la fealdad de Mauricio. La madre de Aída descubre que tiene un poder por el que la gente pagaría.
Así, cobra a un niño por comunicar a su madre que ha suspendido 5, deja a un chico en nombre de su novia cuando ella tan sólo quería decirle que había suspendido la oposición. Hasta que las malas noticias se vuelven contra ella y en el Bar Reinols se acaban los cayos.
Negociando con el Esperanza Sur C.F.
El equipo de fútbol de Esperanza Sur atraviesa su peor momento debido a sus nefastos resultados deportivos y a su precaria situación económica. Ante la gravedad de los problemas del club, Mauricio planea deshacerse de él vendiéndoselo a un hombre de negocios que conoce en el Reinols. Para cerrar los pormenores de la operación, el hostelero tendrá que enfrentarse al empresario en un partido de paddle.
Sin embargo, Chema intentará por todos los medios evitar que venda el equipo y, para ello, se inventará unas nuevas normas de paddle para enseñárselas a Mauricio. Cuando llega el enfrentamiento, Mauricio hace un estrepitoso ridículo pero no importa ya que el empresario que iba a vender el club no era un magnate del mundo de la economía.