Con el poder que confiere la sentencia 'indio de los cojones', Mauricio pasa olímpicamente de cualquier sugerencia que venga de Machupichu, ya sea concerniente a la legalidad de su situación o relativa a su seguridad. En este caso, el dueño del Bar Reinols cree que la manguera del gas aguanta de sobra. El camarero sabe que no, por eso le avisa, pero tras la negativa de cambiarla se produce el accidente: revienta y están todos a punto de morir.
Desde ese momento, Machupichu cree que El Barajas es un ángel: el ángel de la gorra. Se convierte en el héroe del barrio.
Pero es un gran día para Esperanza Sur. Ha abierto una nueva peluquería. Es el salón 'Tony´s '. Sus primeras clientes son Macu, que quiere depilarse las ingles para recibir a su querido Barajas, Lorena, que quiere un puesto de trabajo y Eugenia, que se conforma con comerse todos los canapés de la inauguración.
Por su parte, Soraya sigue tratando de convertir a los García en una familia mínimamente presentable. Su nueva batalla es contra la vecina. Cada vez que tiende la colada, tapa la ventana de la casa de Aída y no entra la luz. A Eugenia y compañía les da igual. A la hija pija de la madre coraje de Esperanza Sur, impresentable.
La joven se apresura a subir para hablar con la que parece una "viejecita adorable", pero es un hueso duro de roer y les plantará batalla. De entrada, le vacía el cubo de la fregona en la cara a Soraya.