Soraya regresa al barrio para demostrar que fuera de Esperanza Sur ha conseguido prosperar y llegar más alto que su madre, pero todo resultará una mentira.
La hija mayor de Aída se marchó de casa a los 17 años con el objetivo de prosperar económicamente, un sueño que creía imposible realizar en Esperanza Sur. Con la excusa de hacer una breve visita a su familia, Soraya regresa ocho años más tarde al hogar donde creció, aunque la estancia en casa de los García se terminará prolongando indefinidamente. Además, para sorpresa de todos, la joven regresa con una hija, Aídita.
Siempre pendiente de su cuidado personal, Soraya se preocupa demasiado por las apariencias. De hecho, hace ostentación de lo bien que le ha ido la vida desde que se casó con un empleado de banca, pero pronto se descubrirá que todo lo que cuenta es falso.
Las relaciones de Soraya con el resto de su familia
La reaparición de Soraya supone para Aída la confirmación de que su hija mayor ha cometido los mismos errores que ella: abandonó los estudios, se marchó de casa, se casó con un hombre que no le convenía y tuvo una hija siendo muy joven. Aída no olvida que Soraya desoyó sus consejos y advertencias en el pasado, por lo que el resentimiento marcará profundamente la relación entre madre e hija.
Con su hermana Lorena mantendrá una relación basada en la complicidad , ya que ambas comparten múltiples afinidades. A través de su hermana pequeña, Soraya irá descubriendo lo que se ha perdido de la juventud y retomará algunas experiencias de las que no pudo disfrutar en su día.
La diferencia de edad y los años que llevan sin verse hacen que la relación con Jonathan sea un tanto distante. Sin embargo, al hermano menor le hace mucha ilusión ser tío de repente.
Luisma, por su parte, se convertirá en el protegido de Soraya, que le ve como una persona débil que en cualquier momento puede sucumbir en las drogas. Mientras vivió en casa de su madre, ella fue testigo del calvario por el que pasó su tío por su adicción e intentará evitar que Luisma recaiga, aunque para ello tenga que sobreprotegerlo.
La relación con su abuela tampoco será fácil: Eugenia se siente vieja al descubrir que ya tiene una bisnieta. Por otra parte, la primogénita de Aída intentará introducir sanas costumbres alimenticias en el seño de la familia García, hábitos que chocarán con el excesivo gusto de Eugenia por las grasas saturadas.