Personajes con historias trágicas detrás, cerebros fritos por la droga, mezquindad, ruindad, gente que está constantemente rumiando estrategias para aprovecharse de sus vecinos, incluso de sus seres queridos... 'Aída' podría ser la típica película indie estadounidense que desmiente el sueño americano, pero no, es una comedia española. Una serie que logra lo aparentemente imposible: convertir en entrañables a auténticos desechos sociales, hacer comedia con la miseria y las desgracias.
Además, 'Aída' es una serie impenitente. Temas que resultan trágicos en el día a día del país, como la violencia machista, el alcoholismo o las secuelas de la drogadicción, son la esencia misma de la serie y marcan la evolución de sus personajes.
Un mecanismo que ha sido premiado, primero por la audiencia, y después por el gremio. En las vitrinas de 'Aída' hay dos premios Ondas, cuatro premios ATV, tres TP de Oro, cuatro Fotogramas de Plata y ni más ni menos que cuatro premios de la Unión de Actores.
Los actores, sobre sí mismos
En este sentido, los actores de la serie reivindican que, precisamente, la serie, al reírse de todo, en el fondo es tolerante e integradora. Melanie Olivares, que interpreta a Paz, una prostituta, lo explica así: "La paja en el ojo ajeno hace mucha gracia porque te ves reflejado en la mezquindad, en lo cutre y en lo chungo que podemos ser todos".
Por su parte, Pepe Viyuela, que da vida a un tendero abandonado por su adúltera mujer, cree que el humor no elimina las desgracias, pero por lo menos las atenúa: "Hacemos de perdedores. Vidas marcadas por la desgracia. El tono humorístico no hace que eso sea menos trágico, pero lo combina de otra manera. Los personajes de 'Aída' salen adelante gracias al humor. Chema y Mauricio, por ejemplo, son diametralmente opuestos pero saben estar juntos".
También lo entiende así Eduardo Casanova, Fidel en la serie, el primer niño abierta y reconocidamente homosexual de la televisión: "Hacemos comedia de los yonquis, de los gordos, de los enanos, de los paralíticos... hay que saber llevar la vida con humor y reírse de las desgracias personales o ajenas para poder llevarlas. No sé si a la gente le parece bien o mal. Pero a mí me ayuda".
Un formato, descrito así por el actor Paco León, 'Luisma' un ex toxicómano "El yonqui se mete con la puta, la puta con el maricón, el maricón con la gorda, la gorda con el facha y el facha con el cornudo" que, hasta ahora, cuanto más fiel ha sido a sí mismo más ha triunfado. Algo reconocido por los propios actores, que a veces se asombran de lo que tienen que decir cuando leen los guiones, según confesaron a telecinco.es, pero que son conscientes del secreto de su éxito: "cuanto más transgresor es el tema, cuanto más fuerte o más osado, más le divierte a la gente y más lo recuerda y más te lo dice por la calle".
Los percances
Una fórmula atrevida. También novedosa, pero no está exenta de problemas. La serie ha recibido denuncias por las frases de sus personajes. Ni las minorías, ni los excluidos, ni los discapacitados se han librado de inspirar algún gag.
La Asociación Arce que defiende los derechos de los acondroplásicos puso una denuncia cuando Mauricio se burlaba de uno en el episodio "El enano oscuro del Corazón", de la cuarta temporada. Así como la Universidad de Barcelona, que se quejó de que se "banalizase" el síndrome de Ulises de los inmigrantes. Hasta la propia Monarquía recibió lo suyo cuando Carmen Machi y el resto de féminas de la serie aparecieron blandiendo una bandera tricolor republicana
Sin embargo, 'Aída' es una ficción, no un espacio de opinión. En el comunicado que difundió Globomedia tras una de las denuncias que recibió la serie, tras pedir las pertinentes disculpas se especificaba que las frases molestas eran las opiniones de un personaje de ficción, un intérprete cuyo rol, además, es el de un indeseable. Cómo no va a pronunciar palabras hirientes un personaje que es un orgulloso fascista, racista, explotador y misógino.