Mientras Aída y Soraya se pelean, el deshielo ha llegado a Esperanza Sur con bastante antelación. Las hormonas hierven y brotan los romances por doquier. Aunque son todos de muy distinta naturaleza.
El más intenso, por lo sorprendente, el que vive Fidel con su amigo Jonathan. Jugando a 'Beso, verdad o atrevimiento' el hijo de Chema consigue besar a su amigo, que no se da cuenta de quien le mete la lengua porque tiene los ojos cerrados. Lo gracioso es que Jonathan siente que le han besado mejor que nunca en su vida, aunque cree que ha sido Valentina. Mientras el equívoco dura, el libido de Fidel está en ebullición.
Otro romance es el de 'Machipichu', reapodado en este capítulo 'Muchapicha'. Mauricio le vende por error a la madre de Aída un colchón lleno de dinero. Pretendía sacar partido de las pertenencias de su madre, pero termina vendiendo sus ahorros. Intentando recuperar su dinero, utiliza a su empleado para que corteje a la mujer, acceda a su colchón y recupere el dinero. El problema es que ni él ni el camarero quieren llegar hasta el final con Eugenia, convertida en devora hombres.
Por último, Chema también busca el amor. Se encuentra con una amiga de los años ochenta. Momento en el que revive aquellos tiempos y en el que le podemos ver vestido con un look de la época impagable. Chema invita a Alba, que así se llama la moza, a una fiesta de disfraces que organiza Luisma, pero al final ella no acude, de modo que Chema obliga a su amigo a repetir la fiesta -setenta horas seguidas- un día tras otro hasta que aparezca.
Al final, consigue ligar, pero no con ella. Todo gracias a su disfraz de García Márquez, que Luisma se piensa que es un árbitro de Primera División, y su labia.