Descubre todo el proceso de cómo se producen nuestros Aceites de Oliva hasta que llegan a tu cocina
Antes de llegar a los supermercados, cocinas y restaurantes de todo el mundo, nuestros Aceites de Oliva viven un increíble proceso de obtención, que empieza con las aceitunas producidas en el mayor olivar del planeta, y cuyo viaje termina en nuestras cocinas, y en las de más de 170 países de los 5 continentes.
Una increíble historia que habla de tradición, cultura, y de ese saber hacer, transmitido de generación en generación. Pero, también de los últimos avances tecnológicos para garantizar que nuestros Aceites de Oliva sean un producto único en el mundo, admirado y valorado en todos los rincones del planeta por su aroma, su sabor, y sobre todo, su calidad, que les convierte en los Aceites de Oliva Virgen Extra más premiados del planeta.
¡Sigue leyendo para descubrir todo el proceso de elaboración de nuestros Aceites de Oliva!
EL OLIVAR
Como viene sucediendo desde hace unos tres mil años, la historia de nuestros Aceites de Oliva comienza en el bosque humanizado más grande del planeta, el mar de olivos de España.
Allí, es donde crecen más de 340 millones de olivos, de más de 200 variedades distintas, muchas de ellas únicas en el mundo.
LA RECOLECCIÓN
Nuestros olivos se miman a lo largo de todo el año hasta que, en otoño, llega el momento de la recolección, cuando las aceitunas están en su punto óptimo de maduración.
Para recolectarlas, se sacuden los olivos para desprender los frutos, evitando en todo momento que la aceituna entre en contacto con el suelo. Este proceso también se puede realizar con ayuda de vibradores de rama o de tractores que, con la ayuda de una pinza, hacen vibrar todo el olivo, hasta desprender el fruto, pero siempre respetando la integridad del árbol.
LA MOLIENDA Y EL BATIDO
Una vez recolectados los frutos se trasladan a la almazara. Aquí recortar tiempos es fundamental: cuanto más fresco llegue el fruto, obtendremos un aceite de mejor calidad. Aquí las aceitunas se limpian y después se muelen hasta convertirse en una pasta, que posteriormente se baten para facilitar la agrupación de vacuolas de aceite y así facilitar su separación del resto de sólidos y líquidos que componen el fruto.
Cuando la temperatura de batido se mantiene por debajo de 27º, se habla de producción “en frío”. A esa temperatura se garantiza que los compuestos que otorgan a los aceites de oliva vírgenes sus aromas y sabores característicos no se pierden.
LA EXTRACCIÓN
Una vez que la pasta está perfectamente batida, llega el momento mágico de la obtención.
Por centrifugación, se separan los distintos elementos presentes en la pasta de la aceituna. Por una parte, se obtiene el agua de vegetación del fruto, la pulpa del fruto y el hueso. Y por la otra, el aceite de oliva, que en esta fase del proceso de denomina virgen, por obtenerse directamente del fruto. Ya tenemos “zumo” de aceituna.
EL ENVASADO
Tradicionalmente, estos aceites se dejan reposar y se filtran para eliminar cualquier traza de humedad o de fruto que haya podido quedar atrapada. Ahora es el momento de saber si todo ese esfuerzo ha dado sus frutos. Se analiza ese aceite y se somete a un panel de cata para conocer si estamos ante un aceite de oliva virgen extra, un virgen o un lampante, que tendremos que llevar a un proceso de refinado. El virgen extra y el virgen están listos para envasar. Independientemente del que se elija, debemos protegerlos del calor, de la luz solar directa y el aire, para conservar sus excelentes propiedades en perfecto estado. Por su parte, el aceite de oliva refinado se mezcla con una proporción variable de aceite de oliva virgen extra o virgen y así obtenemos la categoría comercial Aceite de Oliva - contiene exclusivamente aceites de oliva refinados y aceites de oliva vírgenes.
EL DISFRUTE
Llega el momento de disfrutar del sabor, el aroma y los matices de nuestro oro líquido. Y recuerda, el Aceite de Oliva, es el que funciona fenomenal a altas temperaturas, por lo que es ideal para freír, saltear, hornear… El Aceite de Oliva Virgen, es perfecto para emulsionar y preparar salsas, ¡para chuparse los dedos! Y los Aceites de Oliva Virgen Extra, dadas sus excelentes cualidades de sabor y aroma, son ideales para disfrutar en crudo, aliñando ensaladas, en salsas frías, tostadas…
¡tú eliges!