Durante sus primeros días en la isla desierta, Elisa se ha mostrado tremendamente positiva: "Al final no es tan feo estar sola porque muchas veces me quedé sola en mi vida y no me pasó nada", dice. La superviviente ha montado un espacio zen en la orilla, ha conseguido pescar y hacer fuego. "Es algo como una película en este momento, soy yo la isla y ya está", dice Elisa.