"En casa cocino poco, pero en el restaurante cocino mucho para Cristina. Ella es la más exigente, es brutal. Yo soy muy exigente conmigo mismo, pero ella es todavía más. Recuerdo cuando fuimos por primera vez a cenar juntos a DiverXO, probó algo y me dijo que estaba malísimo", ha confesado el cocinero sobre su mujer. Además, ha reconocido que le encantaría cocinar para el mundo, pero que es muy complicado.