Tras la petición de divorcio de Berta, Recio se ha ido a vivir a casa de Enrique y Araceli. El baño se ha convertido en un foco de conflicto y en un tráfico de necesidades puras: mientras Araceli se ducha, Antonio hace de vientre, Enrique les echa la bronca y el portero se lava los dientes.