Antonio ya no aguantaba al hijo de su pareja y planeó deshacerse de él. Por este motivo, el pasado mes de enero se puso en contacto con el padre biológico de Alejandro, al que le pidió en repetidas ocasiones que se quedara con él. "El viernes a las 19.00 h. te lo dejamos en el punto de encuentro. Veo mejor que te quedes con el niño. Tú puedes darle una estabilidad que ella no le puede dar. Ve el viernes a por él y quédatelo. Hazme caso. Quédatelo y se van arreglando los papeles para que te den la custodia", le dice Antonio al padre biológico, que se niega a quedarse con el menor sin que lo dictamine un juez. "Ya quisiera yo quedarme con mi hijo y que tenga buena vida. ¿Esto de qué va? Ya estuvo conmigo un mes y vino y se lo llevó. Todo esto que lo diga en el juzgado y lo arreglamos. Yo es lo que quiero, tenerlo conmigo y darle una buena vida. Sin un juzgado de por medio no."

Ante la oposición del padre biológico, Antonio insiste. "Lo haremos en el juzgado y ya está. Pero cuando vengas el viernes te lo quedas esa semana y que le den. El domingo no iremos por el niño, te lo quedas. Está preguntando mucho por ti", le dice al padre biológico, que vuelve a negarse. "No, primero el juzgado y luego la custodia. ¿Cómo que me lo quedo? O se hace por el juzgado o se cumple el régimen de visitas. Yo no me juego un secuestro ni nada."

Antonio trata de empatizar con el padre biológico

Viendo las reticencias del padre del menor, Antonio se pone en su lugar y trata de ganarse su confianza. "Ya me imagino lo que habrás pasado con ella. Yo estoy harto también. Me ha metido en la ruina económica. Yo trabajo y ella rascándose… A ver si tomamos algo y hablamos", le dice al padre biológico, que le desea suerte y le dice que si él va como testigo él planteará la demanda por la custodia. "Suerte amigo, y mucho ojo, tanto tú como tu familia. Si tú vas de testigo al juzgado pido la custodia. Si no, es tontería, no me la darán."

Antonio le asegura que el menor está desatendido

Cuando ya parece que se ha ganado la confianza del padre del menor, Antonio decide ir más allá y le envía mensajes realmente preocupantes sobre la situación del pequeño. "Yo si voy de testigo pero tienes que quedarte al niño ya. Tú llévatelo y denuncia y voy de testigo tuyo. No está bien de la cabeza y cualquier día vamos a llevarnos un mal rato."

Estos últimos mensajes alertan al padre del pequeño, que pide más datos sobre la situación. "¿Pero a mi hijo no le hará nada malo? ¿Lo maltrata? ¿Lo tiene abandonado? ¿Come bien? ¿Tiene sus horas de dormir? ¿Lo baña todos los días? ¿Está bien cuidado?", pregunta el padre del menor a Antonio, que le asegura que el menor está desatendido. "Le está afectando al niño. Lo tiene abandonado, come mal, no tiene sus horas de dormir, monta escándalo delante de él, no le baña todos los días. El viernes tienes una buena oportunidad de llevártelo, tenerlo contigo e ir denunciándola. No quiero que esté el niño con ella", le dice al padre de Alejandro, que da la conversación por terminada y le comunica que irá al juzgado con los mensajes.

La declaración de Antonio: "No le saqué del agua por el cabreo con Lourdes"

Diez días después del crimen del menor de Málaga, 'El programa de Ana Rosa' ha tenido acceso a la declaración de Antonio, que el día del asesinato tuvo un enfrentamiento con su pareja, con la que quedó después de dejar al menor en el colegio. "Ella se quedó cerca del coche. Cuando volví la vi hablando por teléfono con un amigo que es guitarrista. Me cabreé y me puse muy nervioso ya que el guitarrista había tenido una relación con Lourdes. Voy a coger las cosas e irme de casa."

Finalmente, tras comer las cosas se calmarón entre la pareja y Antonio se encargó de recoger al menor. "Sobre las 15.45 h. tomamos dirección carretera de los montes para ver a un amigo mío. Pero antes de ver a mi amigo fuimos a un mirador que se encuentra cerca del Hotel Humania para merendar", dice Antonio, que luego llevó al menor a la alberca. "Alejandro se subió por el muro de la alberca saltando y jugando y escuché como el niño se caía al interior de la alberca. Me di la vuelta y vi como se hundía y subía en el agua moviendo los brazos mientras el viento se lo llevaba hacia el centro." Tras esto, dice que se asusta, avisa a su familia de que ha perdido al menor y da múltiples versiones. Después de esto, confiesa. "Me fui y no lo saqué del agua por el cabreo que tenía con Lourdes y lo dejé sin ayudarlo."