Los preferentistas siguen peleando por los ahorros de toda su vida. "Metimos el dinero en el banco. Era nuestro sustento para la vejez. Nos lo pusieron como un ahorro a plazo fijo, fue lo que nos dijeron. Nos contaron que nos los devolverían en cinco años y que si lo necesitábamos nos lo devolverían en 48 horas, sabiendo que el banco ya había quebrado. Eso es una estafa. En cualquier país del mundo ya estarían en la cárcel", dice una de las afectadas por las preferentes.