Isabel Pantoja ha pasado del éxtasis aeroportuario limeño, donde se fundió con sus entregadísimos fans peruanos, al cabreo más absoluto. La cantante salió del hotel para ir a comer con tito Agustín a un restaurante de Lima y dio un auténtico recital en donde cantó las 40 a la impertérrita criatura que tenía enfrente.