Esos resquicios de la historia
El día de mi santo mis hermanos me regalaron un libro. Saben bien que es el mejor regalo posible. Me lo regalaron porque lo habían leído y su entusiasmo envolvía aquel día el paquete de nuestra librería + BERNAT. Supongo que a todos os pasará igual: la lectura por contagio, es lectura segura. Anoche lo terminé y necesito compartir con vosotros algunas cosas.
'Belmonte, matador de toros' Libros del Asteroide. De principio a fin, una joya literaria. Lo escribió un periodista sevillano del que, en estos momentos, ando buscando excusas para saber más.
La fotografía que cuelgo es de su hija, Pilar Chaves a la que no conozco pero espero tener la oportunidad de hacerlo en un viaje al sur de España, donde vive. Siento una necesidad casi física de sentir su mirada, escuchar su voz, compartir alguno de sus recuerdos. Su padre Manuel Chaves Nogales fue periodista y dejó su alma en ese oficio.
No importa que te gusten los toros o que los abomines; no importa que jamás hayas entrado en una plaza, que nunca hayas siquiera leído una sola línea que hable de esa fiesta que hemos llamado nacional; da exactamente igual. La biografía que Chaves Nogales escribió sobre Juan Belmonte es un texto tan bello que merece que lo compres y lo leas; que lo hagas sin prejuicios; que te dejes llevar por la vida a borbotones que sangra cada palabra. Encontrarás el alma de un hombre que fue torero pero podría haber sido cualquier otra cosa, lo definitivo es que encontrarás su alma y la entenderás gracias a que un periodista ha escrito ese libro.
Cuando algo me emociona tanto busco en google, bendito google que ahora nos pone tan cerca lo que antes era alejado e incierto, y me trago todo lo que me ayude a conformar el puzzle de la vida de esa persona que ha logrado apasionarme. En esa búsqueda he encontrado muchas cosas pero quiero compartir unas pocas líneas para que se entienda mejor lo injusto que puede ser el paso del tiempo que entierra casi sin resquicio la existencia de un ser humano que todos tenemos derecho a conocer. Digo casi sin resquicio porque la historia nunca es del todo definitiva o, eso soñamos muchos, y como si de una inmensa olla de potaje se tratara, un día nos guiña el ojo esa pieza que el destino había abandonado para siempre. Esos resquicios son los que nos dan sorpresas de felicidad. Ese resquicio ha hecho que hoy Pilar, su hija, sea nuestra foto de portada.
Porque la historia de Chaves Nogales es también la historia de un olvido clamoroso. "Él tuvo la mala suerte de morir en 1944, muy temprano, con cuarenta y pocos años, en el exilio de Londres. Se murió y no quedó nadie para defender su obra, ni los autores del exilio, que en su mayoría eran comunistas y lo desdeñaban, ni la cultura de la España franquista". Así que nadie se acordó de que existía Chaves Nogales hasta que "Abelardo Linares, de la librería Renacimiento de Sevilla, recuperó algún ejemplar de libros suyos que parecían extraviados para siempre, Maribel Cintas, de la Universidad de Sevilla y Andrés Trapiello lo reivindicó con mucho ímpetu en 'Las armas y las letras'. El año pasado, la Diputación Provincial de Sevilla publicó sus obras completas. Austral también ha incluido su nombre en su lista de autores. Y Luis Solano, dueño de Libros el Asteroide, hace cuentas: "No es el autor que más ha vendido de nuestro catálogo pero nos ha ido muy bien... Llevamos 15 ediciones de tres títulos". Luis Alemany en El Mundo.
“No quedó nadie para defender su obra”. Eso ya no es verdad. Hoy podemos leer casi todo lo que escribió y hay personas que han rescatado del fondo del potaje de la historia sus libros y su biografía.
Siempre he admirado a las personas que con constancia y determinación siguen, aunque sea muchas veces a tientas, ese sendero que les marca su intuición. Siempre he agradecido los frutos de su perseverancia y me he maravillado de que haya sido tantas veces tan difícil sacar a la luz lo que para ellos era imprescindible que la gente conociera.
Si además de todo eso se trata de tu padre de quien se han olvidado, supongo que el descreimiento debe haber sido muy doloroso. Las personas que hayan tenido acceso a Pilar Chaves, la única hija de ese autor que conoció tan bien los duros entresijos de una época de dolor e impotencia, habrán escuchado recuerdos luminosos cuando lo que quieres es conformar el puzzle. Manuel Chaves Nogales está hoy, gracias al trabajo y la fe de unos pocos, en nuestras librerías.
Tenemos un tesoro cerca y tenemos la victoria de la luz sobre el olvido: disfrutémoslo a manos llenas.