Segundas (y vertiginosas) impresiones

Ya toca comentar mis primeras impresiones sobre los concursantes que hemos conocido hasta ahora, a los que se irán sumando algunos más. De momento son quince y, como siempre digo, más que primeras son segundas impresiones, o algo así. Para evitar precipitarme he dejado pasar exactamente once días. En este tiempo les hemos ido conociendo un poco, a unos más que a otros. No sé si es suficiente, pero no puedo esperar más.
Antes de nada debo decir que es un grupo fantástico. Los más impacientes cuestionaban ya el segundo día (o el primero incluso) el casting de este año. Algunos siguen diciendo que no se enganchan, o cometen el error de seguir anclados en el pasado, recordando con nostalgia la última edición. Entonces repetí hasta la saciedad que estábamos ante una edición mítica, pero puedo decir que aquellos primeros diez días fueron mucho más sosos y aburridos que los vividos desde el día once de este mes. Me está pareciendo un arranque más que prometedor.
Iré un poco más adelante al repaso uno a uno de los quince concursantes, de forma breve e intentando escribir a bote pronto mis impresiones. Antes de eso quiero contar algunas cosas llamativas del día de ayer, todas ocurridas por la noche, en horario de prime time. Se trata de tres escenas con igual número de protagonistas cada una. De un lado Susana y Danny en el salón, Lorena y Juan Carlos en un dormitorio, y en el otro dormitorio Iván con Dodo.
Tanto Susana como Danny hicieron el ejercicio consistente en decir lo contrario de lo que desean, expresando con sus actitudes algo bien distinto a lo que se entendía de sus palabras. La diferencia entre uno y otro es que veo inocencia en Susana y premeditación en Danny. Uno estaría ejecutando de forma controladísima su plan y la otra andaba simplemente escarbando para intentar ver por dónde tirar. A Susana le gusta mucho Danny, y este aprovecha esa circunstancia para aprovecharse de ella.
Susana plantea que va a cambiar de actitud porque se está empezando a pillar por él y no quiere perjudicarle. Danny le pide que no cambie porque quiere y necesita sus abrazos y cariños. Si ella se aparta el plan de Danny se va al traste. Su cuota de protagonismo depende de esta concursante. La suya y la de Eva, concursante fantasma, que ya está en el juego sin estar. Danny juega a mantener la tensión en torno a si pone los cuernos a su novia dentro de la casa. Susana solamente quiere estar segura de que tiene opciones, antes de que sea tarde y se vea decepcionada, dañada y frustrada.
Me puedo equivocar, pero lo veo así. Veo una gran bondad en Susana, puesto que está poniendo todas sus cartas a la vista, sin guardarse ninguna baza. Dice que se quiere apartar cuando lo que desea es acercarse hasta quemarse, porque necesita ver por dónde tira Danny. Y este mira de reojo a la cámara y se relame ante la inocencia de la chica que está bebiendo por sus vientos. Después de decir ella que se apartaría y pedir él que no lo hiciera, terminaban acurrucados en el sofá. Y al rato vuelta a empezar, otra vez separados dando vueltas sobre lo mismo. De madrugada, otra vez en la cama de la manita.
A altas horas de la madrugada Susana estaba en la cocina con Kristian, los dos opositores que esperan conocer si han pasado la prueba y toman posesión de su plaza. Eso o tendrán que volver a presentarse, quién sabe si será mejor para ellos elegir otra oposición. A Danny le he calado y no tengo grandes dudas sobre cuál es su juego. Ahora bien, lo de Sonia todavía no lo he terminado de ver. No sé si se está haciendo de rogar, castigando a su candidato en un tira y afloja peligroso, que puede terminar por hacerle tirar la toalla. Ayer decía que Kristian no reúne los requisitos, lo cual parece un lenguaje más propio para un responsable de recursos humanos en una empresa.
No me extrañaría que en algún momento Sonia dejase de verlo así y termine cambiando de opinión para empezar a ver al pelocho (que ayer perdió su abultada melena tras plancharle el pelo a cuatro manos) como el hombre perfecto. El tira y afloja entre estos dos me desconcierta más en la medida que me parece real. Y, por tanto, imprevisible. Ambas historias me parece que tienen un punto en común. Susana no se da cuenta de que está sirviendo perfectamente a los objetivos de Danny. E ignoro hasta qué punto Sonia es consciente de que puede ayudar mucho a Kristian en su carrera hasta el botín.
El madrileño no reunirá los requisitos para conquistarla pero sí para ser un serio candidato a finalista. Por lo visto hasta el momento, sería una mezcla entre Piero (GH 9) y Orlando (GH 10). Es decir, atractivo, alegre y poco comprometido. El empujón que le puede dar Sonia sería convertirlo en un Sabrina (GH 2) en masculino. Concursante rechazado por su objeto de deseo, desdichado en amores, fracasado en su intento de conquista. Es un acceso directo al maletín. De momento se trata de un tira y afloja en el que Sonia puede quemar su imagen de niña buena.
La segunda escena de la que hablaba al principio había sido aplazada una vez tras otra, pero se produjo finalmente. Lorena y Juan Carlos cara a cara. Durante todo el día este lo había evitado escurridizo como una anguila. Al final no pudo evitarlo y más, enfrentándose al momento. Ella fue directa y sin rodeos. Quería saber si le ha nominado. O tal vez deseaba someterle al castigo de una confesión. La humillación del momento en que mirándole a los ojos se presentase como un traidor.
Ella misma usó el término traición, lo cual no facilitaba la confesión de parte. No me cabe duda de que Lorena da por segura la nominación de Juan Carlos. Albergará sus dudas, pero deben ser mucho más importantes sus certezas. Tendrá que contentarse con ellas porque anoche no obtuvo la confirmación esperada sino una respuesta esquiva y hábil, mucho más de lo que cabía esperar.

Juan Carlos (híbrido entre Óscar Lozano y Rodrigo -GH 9-) evitó hacer lo único que no podía hacer en ningún caso: mentir diciendo que no la nominó. Tampoco lo reconoció, aunque a buen entendedor, pocas palabras bastan. Cuando dice que es muy competitivo “y esto es un juego” está diciendo bastante.
En medio de esto que cuento utilizó todo tipo de maniobras de despiste. Habló de su papel de moderador (que exagera), de que las pruebas deben abordarse con seriedad, y hasta chantajeó a Lorena ofreciéndole dejar de estar distante a cambio de no hablar de nominaciones.
No le gusta hablar de nominaciones pero al terminar esta charla se iba al jacuzzi con Iván y no paraban. Como decía anoche Vanessa en Twitter, Juan Carlos tendría que haber dicho: “Vamos a dejar el tema nominaciones, quien te nominó fui yo", al puro estilo Pepe Flores y el mítico bizcocho. Eso sí, antes habría de hacerse el ofendido porque Lorena pudiese llegar a pensar que la había nominado. Pero esto sería imposible, Juan Carlos es demasiado cobarde y por eso ha tenido que hacer piruetas indescriptibles para terminar salvando la situación. Hasta llegó a tomar carrerilla en un momento y soltó varias frases sin vacilación alguna.
Lo de Iván con Dodo lo resumiré bastante. Temeroso ante la posible nominación del italiano el próximo lunes, Iván hizo lo indecible por evitarlo. No recuerdo nunca antes haber visto en este programa a un concursante pidiendo a otro que le diera otra oportunidad. “No me nomines”, le dijo con claridad varias veces, al tiempo que apuntaba posibles objetivos, como Argi.
Dodo decía no saber qué criterios utilizar para nominar puesto que lleva pocos días ahí dentro. Iván lo resolvió con gran rapidez: “Guíate por las personas que han tenido un gesto feo contigo, por ejemplo Argi”. ¡Toma ya! Luego añadía el nombre de Lorena, para rematar su intento de teledirigir el voto del italiano. Me dejó con la boca abierta, he de confesar.
Los dos ganarían puntos el lunes si se nominan mutuamente. El italiano demostraría que no es un pelele, e Iván remataría esta maniobra sorprendente y desvergonzada, máxime pensando que le garantizó que no iba a nominarle. Sería la culminación perfecta a este despropósito.
Y voy al lío. Estas son mis segundas impresiones. Lo de vertiginosas es por ponerlas en contexto:
Raki: Natural, adorable, sin recovecos extraños. Sus borracheras son de las mejores. Sabe reír y llorar a la vez, y haga una cosa u otra transmite la misma autenticidad. Hasta el momento se ha equivocado poco, aunque no me gustó que riera ciertas bromas políticamente incorrectas sobre Lorena y luego lo censurase.
Kristian: Pierde parte de su atractivo la falta de compromiso que le adivino. No puedo soportar al concursante que cuando hay una discusión salta de inmediato para pararla, especialmente cuando decide cortar siempre por el mismo lado de la cuerda, a menudo el más débil. Su imagen está en manos de Sonia, por lo cual será visto cómo ella quiera en buena medida. De partida tiene muchas papeletas para perpetuarse en la casa hasta el final.
Sonia: Doña perfecta. Es tan correcta y divina que me hastía. Tiene un enorme dominio de la seducción, y no me refiero solo a la amorosa. Es seductora todo el rato, de esas personas que a punto están de enamorarse a sí mismas. Me parece inteligente y astuta.
Juan Carlos: Bajo su apariencia de chico bueno, a la que contribuye mucho su tartamudez, creo que se esconde un tipo taimado y un gran competidor. Su manera de resolver el primer escollo con el que se ha encontrado me parece magistral, aunque haya erosionado bastante su imagen. Cuidado con él.
Susana: Inocencia y pura bondad. Todo lo que le sobra de buena chica le falta de astucia. Es un tipo de concursante que se olvida del concurso, para bien o para mal. Se está comportando como lo haría en la calle ante un chico que le gusta. Y lo hace con tal transparencia que me impide hacer sangre por puro pudor. Además, es seguidora de este gato e interactuamos la pasada temporada en Twitter, lo cual supe ayer. Con eso me ha comprado. De momento.
Giuls: Nervio, energía, alegría y carácter. ¿Se puede pedir más? Ella y Raki son Gran Hermano en estado puro. Lástima que la audiencia votante castigase tan pronto características no tan apreciadas.

Igor: Aparte de lucir sus atributos tan bien como se puede ver en las imágenes de la izquierda (que he titulado El vigor de Igor), sacadas de un vídeo fácil de encontrar en la red, es quien mejor lee el concurso con diferencia. Pocos de los que han pasado por ahí han sido capaces de hacer radiografías tan precisas, como resonancias magnéticas de sus compañeros. Anoche mismo lo clavaba con precisión sorprendente. Al menos tenemos ambos la misma visión. Como suele decirse, estamos viendo el mismo programa. Debería controlar cierta tendencia a consolar a los demás. Está visto que se le da bien, e incluso sorprende auxiliando con maestría a alguien en una crisis de ansiedad. Ahora bien, la repetición de este recurso puede llegar a cansar.
Lorena: Insegura y contradictoria. Manipuladora y desestabilizadora. Un sueño de concursante. Es maravillosa. Por su capacidad para poner patas abajo todo en un santiamén debería ser declarada bien para la humanidad (televisiva y realitera). Sus preguntas mamporreras dan para artículos enteros. Hay que tomar las calles para impedir su salida de la casa de Guadalix.
Iván: No se queda atrás en inseguridad. Diría que la suya es aún mayor, aunque la maquille y disfrace de mil personajes, con más o menos acierto, y discutible gracia. Es cansino pero también una mina de recursos. Capaz de llenar horas de vacío y aburrimiento. Durante el almuerzo de ayer pensaba que sin él habría sido un aburrimiento.
Noe: La sorpresa inesperada. La niña pija no se ha dejado manipular, mostrando una sinceridad que muchos deberían envidiar. Es de esas personas que aparentan tenerlo todo, pero sospecho que está muy falta de cariño. Algo de eso ya ha contado en la casa. Es un cielo. Un cielo lleno de unicornios de colores y nubes de algodón de azúcar. Y, como dice Iván, se tira pedos con purpurina.
Danny: Tahúr del Mississippi. Imposta hasta su propia impostación. He visto actores más reales. Su juego no me gusta, detesto a aquellos que siempre dicen lo que el otro quiere escuchar. Si aguanta este ritmo de falserío continuo y permanente habría que darle un Goya de cartón piedra.
Argi: Nada sólida. Supongo que resulta más anodina porque es de esas personas que les cuesta mostrarse. Pero si se espera mucho terminaremos despidiéndola por concursante ineficiente sin haberla podido conocer. Igual que dije los primeros días de Noe, necesito ver su carácter. Estoy seguro de que lo tiene. Hasta en su vídeo de presentación parecía más solvente y despierta.
Álvaro: Le llamó “pollito volador” Mercedes Milá, y hasta que no regrese a la casa me resultará imposible sacarme esa idea de la cabeza. En la presentación fue quien más me interesó. Lástima que cayera al vacío vertiginosamente. Por fortuna esto no ha hecho más que empezar y le deseo lo mejor.
Miriam: Ha logrado mejorar notablemente la mala imagen con la que vino, no solamente por el “soy española” sino aquellas imágenes de las noticias afirmando que se salvó del naufragio por haber visto Titanic. Además, ha sabido elegir su cómplice y le está beneficiando la cercanía de Igor. Pero tiene algo que me hace desconfiar. Mucho.
Dodo: ¿Sigue Edoardo en la casa? Un golpe significa sí, dos no.
Y ya no estoy.