El secreto de Sofía y Maite al descubierto
Muchos piensan, tanto dentro como fuera de la casa, que si un secreto es descubierto su dueño verá el premio reducido en 100.000, si es que llegara a convertirse en ganador. No es así, eso solo sucederá en caso de que alguien revele su secreto. Ser descubierto afectará a su capacidad para nominar, posiblemente teniendo menos puntos para repartir y, por consiguiente, quedando en inferioridad de condiciones. Lo que no queda tan claro es lo que podemos considerar exactamente una revelación del propio secreto. Por ejemplo, ayer Sofía llamó “mamá” a Maite de forma accidental. ¿Ha perdido esta concursante un tercio del premio final si fuera la ganadora? ¿Su madre también?
Estando casi todos en la cocina-comedor, Sofía quiso indicar a Maite que prestase ayuda a Aritz, quien se ha convertido en cocinero en estos primeros días, junto a Han. No sé bien en qué consistía la ayuda, lo que sí quedó claro es que Sofía hubiera estado mejor callada. Era previsible que en algún momento podía equivocarse. Es más, cuando Mercedes Milá les comunicó su misión de ocultar la relación familiar entre ambas, Sofía ya preguntó cómo debía llamar a su madre. Hay hijos que acostumbran a llamar por el nombre de pila a sus madres, mientras otros siempre la llaman “mamá”, como es el caso de Sofía.
Hay varios de los secretos conocidos que anunciaban posibles meteduras de pata. Han atiende con frecuencia cuando le hablan en castellano, aunque aún no le he escuchado hablar nuestro idioma. Me maravilla su concentración, porque no sería extraño que se le escapara al menos una interjección en castellano. Ya vimos en su vídeo de presentación que el chino es alegre, exclamativo y vehemente. Pero hasta ahora guarda su secreto con celo, salvo la pega ya explicada de entender demasiado bien un idioma que teóricamente no conoce.
Hay secretos menos dados al error, pero no es el caso del de Sofía. Más que el de Maite, aunque se trate del mismo. Una madre dice “hijo” menos veces de lo que un hijo suele decir “mamá”. Hasta ayer, las dos habían mantenido alejadas esas palabras para referirse una a la otra y otra a la una. Supongo que Maite ya tiene bastante con repetir medio millar de veces en el día la palabra “hijo” para mantener e intentar fijar en las cabezas ajenas la falsa idea de la relación maternofilial entre ella y Suso. Pero ayer Sofía tenía el fallo temido, y llamaba “mamá” a la que es su madre de verdad, aunque deban ocultarlo.
Inmediatamente después de decir “mamá”, Sofía fue llamada al confesionario, y algunos de sus compañeros comentaron: “Ha perdido 100.000 euros”. La confusión que intento explicar al principio de este escrito existe tanto dentro como fuera de esa casa, de igual forma que algunos intentamos deshacer ese entuerto no solamente entre la opinión pública sino también entre los propios concursantes. En este caso parece que acierta quien vaticina la posible sanción para Sofía, aunque ya he señalado que no lo tengo del todo claro. Confesar el secreto significa tener voluntad de compartirlo con el resto de compañeros. Eso está claro. Pero, ¿también cuenta si es a medias y por un error?
Tendremos que esperar a que el programa lo aclare, y estoy seguro de que no estaremos todos contentos con lo que resuelvan. No es esa la única duda que podemos plantear tras dos días de secretos, que se me antojan tan deliciosos como desquiciantes. Por ejemplo, en los intentos de averiguar secretos ajenos, no está claro el grado de acierto que han de acreditar. Es decir, si alguien dice que hay una parte de la casa que la mayoría no conocen, pero sí han podido visitar Vera y Niedzela se puede considerar acertado. Se me antoja complicado que lleguen a la concreción de adivinar que hay un jardín secreto.
Volviendo al caso de la madre e hija navarras, Maite tiene doble secreto, que en realidad comparte con Sofía porque esta sabe a ciencia cierta que Suso no es hijo de su madre. Supongo que basta con adivinar uno de los dos secretos. En caso contrario tendrían que decir algo así como: “Suso no es hijo de Maite, pero Sofía sí que lo es”. No me extrañaría que alguien hubiera ido con esa doble tesis, puesto que ambas cosas se han comentado de forma reiterada en la casa durante las últimas horas, solamente que tengo la duda sobre lo que darán o no por válido.
Las conjeturas sobre la falsa relación familiar entre Maite y Suso han existido desde la primera noche. No escuché que relacionasen a Sofía con su madre hasta la madrugada del martes al miércoles, justo después de la bronca en la que Maite llamó “ovejas” a todos los concursantes, excepto Aritz. Si llega a excluir a Sofía todo hubiera estado más claro ayer. No fue eso lo que hizo a los demás sospechar, sino que Sofía no pareciera ofendida por la actitud y las palabras de Maite, así como que fuera a hablar con ella una vez pasado el tsunami. Ella fue la única que se interesó por hablar con la que se había arrogado en dueña del rebaño, sin contar a Suso, el hijo ofendido y vilipendiado por su supuesta madre durante la bronca.
Ayer esa sospecha se multiplicó exponencialmente, y habría alcanzado altas cotas en una hipotética casa de apuestas dentro de la de Guadalix. Como echando balones fuera, Sofía no lo negaba, jugando con sus compañeros de esa forma que solo ella sabe hacer. En un principio, Maite se esforzó en explicar que ella misma había dado permiso a Sofía para llamarla “mamá”, toda vez que tiene una relación con su hijo Suso. Tal vez se precipitaba en considerar relación lo de estos dos, pero el argumento requería hacerlo. Todo fuera por hacerlo lo más creíble posible. Sospecho que no coló, y posiblemente ahora la mayoría estén convencidos de que Sofía es hija de Maite.
Más de uno se tiró de los pelos por haber ido ya a formalizar su sospecha. Recordemos que cada concursante tenía en las primeras 48 horas solamente una oportunidad para apostar, no pudiendo variarla una vez formalizada. La de Maite y Sofía como madre e hija parecía ya una apuesta sobre seguro. Lo curioso de este caso es que una vez convencidos de que Sofía es hija de Maite, queda automáticamente descartado que también lo sea Suso. Distinto hubiera sido si Sofía no se llega a meter en la cama de Suso la primera noche, no hubiera estado tonteando con él los dos primeros días, no se hubieran prodigado caricias mil y no se hubieran besado en la fiesta de anoche (beso fugaz, pero beso igualmente).
La posibilidad de una relación incestuosa no ha sido contemplada por nadie, como es natural. Por tanto, si uno es hijo está claro que el otro no ha de serlo. Otra cosa son los comentarios que la abierta actitud de Sofía está despertando entre sus compañeros, especialmente en el sector femenino. Su urgencia por encamarse y tener más que palabras con un chico serían criticables si, por otro lado, mantuviera una actitud falsamente casta. No es así. Sofía no se oculta, mostrándose tal como es en ese aspecto. Que a estas alturas unas mujeres critiquen a otras por vivir su sexualidad de forma libre y sin una moral restringida parece bastante increíble.
Sofía no va de virtuosa. Sus cartas han estado encima de la mesa (tal vez sea más preciso decir encima de la cama) en todo momento, tanto para sus compañeros como ante la audiencia. Con total naturalidad habla de la posibilidad de tener un rollo con Suso. Sin más. No sé si me parece más lamentable que Marta considere eso poco menos que un escándalo y deba morderse la lengua para no dedicar gruesas palabras a su compañera, lo cual sospecho que desearía hacer, o que el machito de Suso huyese anoche de la cama porque dice creer que Sofía quiere algo más que sexo.
Se trata del mismo Suso que la noche anterior había sido vapuleado verbalmente por Aritz, en una conversación sobre la atracción entre personas y vivir el sexo sin amor. Asumiendo sin complejo alguno el papel de cavernícola de esta edición, Suso repetía cansinos lugares comunes sobre si el hombre se fija primero en el fondo o el “chasis” de una mujer. Bonito símil, espeluznante y viejuno, para referirse al físico de una persona. Otro de los argumentos que repetía era igualmente pasado de moda, relativo a tener sexo atendiendo a una necesidad fisiológica y sin mediar ningún sentimiento. Frente al cavernícola, Aritz parecía un Séneca, aunque se limitó a hablar como lo haría alguien normal. El resultado del partido fue un 3-0 a favor de Aritz. Ganó en normalidad, cordura y adaptación a su tiempo. Primer hat-trick para él, gracias a que el ‘exviceverso’ se lo había puesto en bandeja.
Tras esa retórica, Suso anoche salía pitando de la cama después de que Sofía se metiera en ella. Luego vendría a explicar que ella quiere más y no debe ser él quien permita que se enamore tras un par de polvos interesados. Supongo que todo esto lo ha consultado en su bola de cristal. Y seguro que no se ha dado cuenta de lo contradictorio que resulta con las tesis defendidas en la conversación con Artiz, en la que estaba presente la mitad de la casa, más o menos. De forma que él puede tener sexo sin ningún compromiso, pero llegado el caso, se arroga el papel de protector de la mujer para evitar que vaya a enamorarse de él después. Menudo conflicto. Como si Sofía no fuera adulta y tuviera alguna dificultad para cuidarse por sí misma.
La primera noche de fiesta dio mucho menos de sí de lo esperado. Primero porque Sofía y Suso no consumaron, perdiendo la oportunidad de superar así el récord de Omar y Paula en la pasada edición. La marca está en tres días, y anoche habían pasado solamente dos desde que entraron en esa casa. ¡Solo dos días! Pero hay que ver cuántas cosas han pasado en estos dos días.
Tampoco tuvimos a Maite en brote, y debo reconocer que esto pierde mucho sin sus broncas. Lo compensa que por la mañana mostró todo menos arrepentimiento por lo de la noche anterior, manteniendo una actitud desafiante y despectiva con muchos de sus compañeros. A Marta le decía que ella era una de las que mejor le cae, mientras comentaba: “Esas gafas te hacen cara de putilla”. Y así todo. El remate fue cuando se puso a barrer el cuarto de baño entonando canciones de Iglesia. “Me las enseñaron las monjitas y las canto siempre en casa. Claro, como aquí ya me encuentro como en casa…” Un escalofrío recorrió mi cuerpo en ese momento. La escena parecía sacada de un frenopático en lugar de la casa de Gran Hermano.
Si la de Sofía llamando “mamá” a su madre era una de las pilladas del día, la de Vera y Niedziela era la otra. Varios compañeros les buscaron con denuedo por la casa sin dar con ellos. Al rato, Raquel se encontró con ellos en extraña actitud en la puerta de la habitación de la chimenea (recordemos que Vera sale al jardín secreto por ahí con Niedziela, mientras que con Raquel lo hace por una puerta del ‘confe’). A Raquel le pareció que Niedziela escondía algo y más de uno fue luego a comprobar si faltaba algún preservativo de los que el programa pone para el uso de los concursantes. No sé si hicieron mal la cuenta, pero les pareció que sí faltaban. A partir de ahí, la chica del circo y el cómplice de su secreto urdieron un engaño paralelo, que complica su situación, y no me creo que no sea interesado. Al menos por parte de Vera.
Resulta que para ocultar el secreto del jardín secreto decidieron engañar a sus compañeros diciéndoles que están saliendo, han solicitado una hora sin cámaras, el programa lo aprobó y ya la habían disfrutado. Más concretamente, tuvieron 20 minutos sin cámaras en una sala anexa. No dijeron nada sobre si fue en la misma sala donde cuidan al 'reborn' de Marina o en el desconocido lugar donde ve pasar el tiempo Muti. Que en dos días se gusten y consumen sin cámaras es más increíble que la invisibilidad de Muti. No concibo que alguien pudiera tragarse algo así. Pues bien, parece que va a ser que sí.
También he de decir que ella aclaró que no habían hecho nada. “Además, estoy con la regla”, dijo Niedziela, añadiendo un detalle innecesario donde los haya. Lo más tronchante de esta historia es que luego Vera le daba explicaciones a Ivy, con quien todo el mundo había relacionado hasta ahora. Está claro que Vera se fijó en Ivy desde la primera noche. Ahora Ivy parecía decepcionada y Vera sin atreverse a contarle el engaño que él y Niedziela han añadido a su secreto. “Primero me fijé en ti, y quiero que eso no cambie, pero esto es un juego”, le explicaba sin que Ivy diese muestra de estar entendiendo nada.
El resumen de esta trama es que Ivy, comprometida en matrimonio con Carlos un par de días antes, estaba celosa por la supuesta relación entre Vera y Niedziela. Un rato más tarde, Ivy bailaba apretada a Vera, mientras a poco más de un par de metros Carlos (su prometido) observaba con pasmo. Un rato antes Niedziela también haría numerito de celos cuando vio a Vera con Ivy. No me digan que todo esto no es maravilloso.
Moleskine del gato
La gran duda surgida anoche era si Maite enseñaría las bragas esta vez. No las tenía todas conmigo, y eso que llevaba pantalones. Si alguien se piensa que exagero puede repasar las imágenes. Traigo solo una muestra. Y advierto que las más fuertes se han quedado fuera de mi selección.
Y termino con algo dicho ayer en Twitter por @MarisaVidilla_ que me hizo reir durante un rato: "El perro se llama Ito. El bebé Juan. Juan-Ito. ¿Casualidad? No lo creo, caris". Me LOL, que diría Han.