10 consejos no pedidos para presentarse al casting
Por inexplicable que parezca, todavía hay muchos que sentimos un pinchazo de emoción en nuestro interior cuando escuchamos la sintonía de Gran Hermano en una promoción que anuncia nuevos castings. Eso quiere decir que ya está cerca. Casi podemos adivinar la fecha si calculamos el tiempo que media habitualmente entre el comienzo de las pruebas de selección y la gala de estreno. Ese momento mágico en que la casa se abre por vez primera para dejarse acariciar por nuestros ojos.
Gran Hermano es un programa generador de emociones, y la emoción del espectador no tiene límites. Otra cosa es la emoción del candidato a concursante de este programa, que debe transitar por la delgada línea entre conservar la emoción y no perder el control. Tener la mente fría y lograr pensar en todo esto como si se tratara de un negocio no debería estar reñido con la emoción. Y puede sernos de gran utilidad.
Digo negocio y casi parece que estoy mancillando el honor del programa. Si se quiere, puede sustituirse esa idea con la de un montañero que emprende una misión con el objetivo de alcanzar la cima más deseada. Es obvio que lo primero es querer hacerlo, sentir la emoción de vivir esa aventura y estar ilusionado al prepararla. Pero el fracaso está asegurado si no se presta atención a todos los detalles. ¿Por qué no habríamos de ser tan sistemáticos y cuidadosos para presentarnos al casting de nuestro reality preferido? ¿Acaso no requiere de ningún tipo de preparación?
Quiero decir que merece la pena analizar lo que vamos a hacer y meditar cada paso. Como cuando acudimos a un examen, no es aconsejable responder sin hacer antes una lectura comprensiva de las preguntas. Leed la pregunta varias veces, nos han aconsejado muchas veces. Es fundamental para evitar errores irreparables. Analicemos, por tanto, lo que nos proponen cada año. Este tiene alguna característica especial que puede exigirnos más.
Nos han dicho que en esta edición, cuya andadura ahora comienza, se puede concursar en compañía. Mejor no hacer una lectura simple y limitarnos a pensar en parejas de novios. Alejémonos del camino más fácil. ¿Por qué no dedicar un tiempo precioso a esto? Cualquier alarde de imaginación será bienvenido. Tiene que haber muchas posibilidades, a cual más original e imaginativa. Y es sencillo pensar que los responsables del casting valorarán las propuestas que más les sorprendan, porque esas serán las que más fácilmente puedan sorprender a la audiencia.
En las reglas publicadas no es una exigencia presentarse con compañía (insisto, nunca se habla de pareja, sino de compañía), por lo cual también puede hacerlo quien no la tenga. No sería descartable que haya seleccionados finales que se presentaron sin proponer compañía alguna y luego se encuentren con que alguien ha hecho esa labor por ellos. Sorpresas como esta ya hemos tenido en más de una ocasión.
Siempre he sido partidario del riesgo, los cambios y novedades en Gran Hermano. Entre otras cosas, porque si el programa no hubiera evolucionado sería muy improbable que ahora mismo estuviéramos a las puertas de una nueva edición. Al final, el tiempo siempre me ha terminado dando la razón. Aun cuando más me costaba aceptarlo, el resultado era siempre satisfactorio. En estos años he aprendido a confiar en el equipo que hace este bendito programa. Además, tengo la teoría de que todo va en su beneficio. De una forma mágica, hasta lo más adverso termina poniéndose a favor. Es todo un misterio.
(Imagen de @Tito_soy)
Analizar cada paso antes de darlo es mi único consejo, en realidad. Por lo menos para presentarse al casting, y en cuanto a lo que se debe o no hacer. En las páginas oficiales del programa tenéis otros consejos de tipo técnico que son fundamentales. Está claro que mandar un vídeo es fundamental, así como que este cumpla con las condiciones exigidas.
Lo que me dispongo a hacer en esta primera toma de contacto con Gran Hermano 15 (el número de la niña bonita) es una especie de decálogo de cómo deben afrontar y lo que han de esperar quienes den el paso de presentarse a este proceso de selección que ahora comienza.
Vamos a ello:
1. No te creas mejor que los demás porque te hayan elegido
Quien va pasando fases de casting corre el riesgo de creerse por encima de aquellos a los que ha ido dejando atrás. Es fundamental no caer en ese error, fundamentalmente por minimizar el daño al quedar descolgado, si es que llega ese momento. En justa correspondencia, ser mejor que quienes van siendo eliminados te hará peor que los demás si quedas en la cuneta.
2. No des nada por supuesto
Si te presentas pensando en que siendo singular tienes más posibilidades te equivocas. Lo mismo si pretendes tener más posibilidades siendo alguien absolutamente normal. Es tan simple como hacer un repaso a los 232 concursantes que han pasado por las 14 ediciones convencionales del programa. Hay de todo. También estarás muy cerca del error si presupones que no volverá a repetirse un cierto perfil de concursante. Tanto como pensar que te será más fácil ser seleccionado al corresponder con ese mismo perfil.
3. Naturalidad no implica falta de preparación
Consejos del tipo “sé tú mismo”, o “muéstrate con naturalidad” siguen siendo tan válidos como siempre, pero no pueden convertirse en enemigos de la preparación. Una cosa es comportarse con frescura y otra no haber pensado cuales son tus objetivos. Naturalidad no implica falta de reflexión. Si no has pensado lo suficiente por qué te quieres convertir en concursante de este programa, ni le has dado vueltas a lo que pretendes hacer una vez lo consigas, es posible que naufragues a la hora de explicarlo en el momento de ser preguntado por ello. Piensa en todas las preguntas que te puedan hacer e intenta tener clara una respuesta sincera. Si vas lleno de ilusiones, pero con la cabeza vacía de ideas, todo puede ponerse cuesta arriba.
4. Evita los lugares comunes
Los responsables del casting ya saben que te hace mucha ilusión, incluso que es el sueño de tu vida, convertirte en concursante de Gran Hermano. También pueden suponer que eres un gran amante del programa. Por descontado que todos nos consideramos buenas personas y presumimos de tener capacidad para convivir con un grupo numeroso y variado de personas. En eso consiste el programa, mala cosa sería ir reconociendo ser un negado para las relaciones humanas. No hace falta remarcar lo obvio, ni siquiera mencionarlo. Dedícale tiempo a pensar en las muchas cosas que puedes decir sin coincidir con casi todos los demás ni caer en odiosos y cansinos lugares comunes.
5. No te vayas por las ramas
Intenta ser rápido, a nadie le gusta que le hagan perder el tiempo. En un principio serás uno entre miles, más vale que optimices tu tiempo y no lo desaproveches. Responde con firmeza a lo que te preguntan, vacila solo lo imprescindible, aunque más vale que no hables por hablar. Si no medimos nuestras palabras el riesgo de decir tonterías aumenta exponencialmente.
6. Sé sincero
No es un consejo de carácter moral. Se trata tan solo de ser espabilado y pensar que si no eres sincero podrás ser descubierto en cualquier momento. Y ese puede ser el fin de tu ilusión.
7. Llévalo con discreción
No se trata de convertir tu experiencia como candidato a concursante en un secreto de estado. De igual manera que no es necesario publicarlo en la gaceta regional ni en la hoja parroquial. Es decir, bien está comentar tu proyecto con familiares y amigos (incluso con tus seres queridos, como decían Tip y Coll), pero sin ir haciendo alarde de ello. Piensa que si eres elegido la discreción pasará de consejo a obligación. No te lo pongas complicado tú mismo.
8. Ten claro lo que deseas hacer
Piensa en que algunos espectadores votarán para expulsarte, te van a criticar en las redes sociales o en varios programas de televisión y puedes gustar o no a algún cronista con nombre de animal. Si eso fuera poco, el programa puede ir variando su mecánica sin que apenas te enteres. Tú sabes cómo va esto, los vídeos nunca lo muestran todo y es muy posible que siempre saquen lo peor de ti. Es decir, ya conoces el programa. Si aún así quieres formar parte como concursante no olvides evitar quejarte después de aquello que ya sabías.
9. No esperes cambiar tu vida
Deja que la experiencia te lleve por donde sea. Si ha de suponer o no un cambio en tu vida lo sabrás con el tiempo. No siempre es así, aunque cada uno debe valorarlo de forma subjetiva. Si necesitas un cambio de vida y decides irte a vivir a otro país, estudiar otra cosa, cambiar de pareja o visitar urgentemente a tu peluquero, nada te asegura que vayas a conseguirlo del todo. Tampoco si terminas siendo concursante de Gran Hermano.
10. No pretendas convertirte en presentador de televisión
Este es el punto más sencillo, aunque también aquel en el que me podría detener y escribir páginas de un libro. Si piensas que siendo concursante tienes más fácil entrar en el mundo de la televisión es que no conoces bien este programa. Mira cuantos concursantes han terminado siendo presentadores de televisión. Cuando hayas comprobado que casi ninguno, baja de nivel y piensa en aquellos que son o fueron colaboradores. Una vez comprobado que se trata de un porcentaje muy pequeño (casi nulo en las últimas ediciones), podrás tranquilamente descartar la opción.
Sobre este último punto he de añadir que si tienes la tentación de pensar que Telecinco pone injustamente obstáculos insalvables a los protagonistas de su programa estrella, tal vez debas repetir el ejercicio anterior mirando al exterior. Entonces podrás comprobar que tampoco han dado trabajo en CBS a concursantes del ‘Big Brother’ americano, o en ITV (en su época) a los del inglés, ni en Canale Cinque a los italianos de ‘Grande Fratello’. Con suerte, algunos se habrán convertido en celebrities, pero nada más.
Si todo sale bien, te vas a convertir en concursante de la madre de todos los realities. Eso implica tener más posibilidades de trabajar en televisión que si concursas en Pasapalabra o en Mi madre cocina mejor que la tuya. Pero no tienes ninguna garantía de que serás uno de los pocos elegidos. Si tu deseo es trabajar en televisión mejor harás en prepararte para ello.
Hasta aquí mi decálogo. Solo una última advertencia. Atención al teléfono para los castings porque llevaba siendo el mismo desde un principio y cambia ahora por primera vez. Hay que llamar al 806 516 555. Borra el teléfono anterior de tu agenda o móvil y guarda este otro.
Hace unas horas escuché la sintonía de Gran Hermano en medio de una pausa de publicidad en Telecinco. Me giré y vi a Mercedes Milá. Por mi ventana entra el primaveral fresco de la mañana. Escucho a Nyman, por no cambiar la costumbre. Acabo de estrenar vela de vainilla. Me gusta mucho todo esto. Pero mucho, mucho.